Los desafíos del kiwi

Nuevas variedades, calidad pareja de la fruta y abrir nuevos mercados son las tareas para no repetir el terremoto de los 90…  

El derrumbe de la industria del kiwi en 1992 es, hasta ahora, uno de los peores terremotos que recuerde la frutícultura nacional. Ese año el sobrestock mundial dejó los precios por el suelo y  más de un tercio de las 12 mil hectáreas que tenía Chile fueron arrancadas.

Hoy el kiwi ha recuperado terreno y mantiene su atractivo, aunque varios nubarrones nublan su horizonte.

"El año pasado, el retorno por kilo bajó de 70 a 30 centavos, porque los europeos, que consumen el 70% de nuestros envíos, compraron menos y porque el euro se desvalorizó con la crisis", explica Óscar Villegas, gerente de la división kiwi de Subsole.

Esta temporada las proyecciones son más auspiciosas.

"Esperamos un mercado en recuperación, pero aún presionado por los precios. En producción, aunque todavía puede pasar algo con el clima, esperamos un incremento de 10% respecto de la temporada pasada", añade, Ricardo González, presidente del Comité del Kiwi y gerente de Coopefrut.

Pero lo que preocupa a los productores es el aumento de las plantaciones: en los próximos seis años las exportaciones aumentarán de 190 millones a 300 millones de kilos, lo que podría generar una sobreoferta, como la de 1992.

Para evitarlo la industria se plantea tres desafíos.

1.Homogeneizar la calidad.

Una de las grandes desventajas de Chile es el abismo en la calidad de la fruta exportada: desde productos premium hasta derechamente malos.

"Estamos trabajando en establecer parámetros mínimos de madurez antes de la cosecha. También se están estableciendo manuales de buenas prácticas de producción y poscosecha, que pronto serán distribuidos entre los productores", sostiene González.

La plantación chilena de kiwi aumentará a  razón de mil hectáreas por año, por lo que regular la calidad será fundamental para poder obtener buenos precios en los mercados internacionales.

"Lo fundamental es mejorar la competitividad del kiwi chileno frente a Nueva Zelandia o Sudáfrica. Al tener una calidad más baja obtenemos precios muy inferiores. Por ejemplo, si Nueva Zelandia logra 15 euros por la caja de 10 kilos, nosotros apenas llegamos a los 8", añade Villegas.

2. Promoción y nuevos mercados.

Hoy, el 70% de la producción chilena es destinada al mercado europeo, lo que provoca una gran dependencia. De hecho, los menores retornos de la temporada pasada se explican, casi exclusivamente, por la debilitación del euro por la crisis económica.

"Uno de nuestros principales desafíos es crecer en Latinoamérica y Asia, aunque el foco tradicional seguirá siendo Europa", dice González.

José Miguel Fernández, gerente de Subsole, señala que llegar a Asia implica desafíos.

"En mercados como Corea competimos directamente con Nueva Zelandia, por lo que el concepto calidad se vuelve fundamental", señala.

El problema es que en promoción Chile corre con desventaja frente a las grandes cantidades que destina Nueva Zelandia a campañas de marketing.

La situación cambiará con el Comité del Kiwi. "Estamos trabajando y ya comenzamos a participar en ferias internacionales. Esperamos tener presencia relevante en  la Fruit Logistica de Berlín, en febrero. La promoción será en conjunto con la que realiza Asoex, con importadores y supermercados", dice González.

3. Diversificar las variedades.

Hasta hace un par de años Chile sólo producía la variedad hayward, lo que limitaba su opción de entrar a canales de distribución que exigían  también variedades golden.
La industria se dio cuenta de esta desventaja, por lo que comenzó a trabajar con otras variedades, como la jin tao, que tiene carne amarilla y es de cosecha temprana.

"Actualmente hay unas 200 hectáreas plantadas en Chile que deberían entrar en producción en los próximos años. Contar con ellas es una gran oportunidad para conquistar mercados asiáticos, que demandan fruta más dulce", añade Villegas.

Ahora, ojo, jin tao es una variedad de club, por lo que sólo se puede producir cierta cantidad. La idea, entonces, es seguir introduciendo otras que permitan llegar a mercados diferentes.

Fuente: Revista del Campo

14.diciembre.2009 – Portal Frutícola

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