Argentina: Alto impacto del cultivo de kiwi

Alto impacto

El kiwi ha registrado uno de los desarrollos más rápidos en la producción, comercialización y aceptación de una fruta en el mundo.

El kiwi ha registrado uno de los desarrollos más rápidos en la producción, comercialización y aceptación de una fruta en el mundo. En Argentina dejó de ser un fruto exótico para formar parte de la mayoría de las dietas y estar presente en cualquier ensalada de frutas. Por estos factores, a mediados de la década del ‘90 el país se convirtió en el quinto consumidor mundial de kiwi con una demanda de 25 mil toneladas al año.

El kiwi ha registrado uno de los desarrollos más rápidos en la producción, comercialización y aceptación de una fruta en el mundo. En Argentina dejó de ser un fruto exótico para formar parte de la mayoría de las dietas y estar presente en cualquier ensalada de frutas. Por estos factores, a mediados de la década del ‘90 el país se convirtió en el quinto consumidor mundial de kiwi con una demanda de 25 mil toneladas al año.

Frente a esta evolución del cítrico desde la Estación Experimental del NTA en la Cuenca del Salado bonaerense se realizó un estudio sobre el impacto social producido por el ingreso del kiwi y de la horticultura intensiva, en una zona eminentemente ganadera por historia y por tradición.

El estudio denominado «Nuevas Plataformas Productivas y readecuación de relaciones sociales en las localidades rurales de Bavio, Ardity y Payró período 1990-2010» se localizó espacialmente en tres localidades rurales del Partido de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires.

La investigación se orientó a observar y comprender las transformaciones de los procesos productivos y la readecuación de las relaciones sociales y el impacto social ocurridas a raíz de la implementación de nuevas plataformas productivas en poblaciones rurales, donde se hallan insertos una serie de procesos. «Enlazados algunos, en forma separada otros» estos procesos, según señalan los técnicos del INTA, incluyen lo que se podría definir como «nuevas plataformas de producción para la zona», es decir, nuevos productos, «haciéndose lugar» donde estaban otros, de la mano de nuevas tecnologías, nuevos actores y nuevos saberes, que no solo corresponden a la producción de carne, leche y granos sino también a cultivos denominados en el campo especifico como «producciones alternativas», de «alto valor»; «especialidades» y «nichos de mercado».

Las primeras experiencias productivas se dieron en Bavio con la incorporación de tecnología chilena por parte de un productor local, a fines de los años 80. Una década más tarde, según relata el estudio, se afianzan la mayoría de las unidades productivas existentes en el partido de Magdalena.

La zona analizada cuenta con 90 hectáreas destinadas a la producción del fruto (sobre un total de 300 en todo el país), con rindes cercanos a la media productiva nacional, que oscilan entre 25 y 30.000 kilogramos en parrales adultos. La unidad de producción en la zona ronda entre 2 y 5 hectáreas, con un costo por hectárea estimado en 30.000 dólares, sin incluir la tierra.

Según los referentes del INTA a cargo del estudio, «entrevistas realizadas a docentes de las escuelas rurales de Payró, linderas a las plantaciones de kiwi, mostraron que han visto incrementada su matrícula a partir de la aparición de las plantaciones de la especie en la zona, con alumnos provenientes de familias que trabajan en las mismas».

Similares condiciones se dan en los trabajadores de la horticultura intensiva en Bavio, en su mayoría migrantes de origen boliviano y salteño, cuyos niños concurren a la escuela del Paraje Rural de La Clelia. Dicho crecimiento de la densidad poblacional se ha visibilizado con los resultados de los últimos censos poblacionales, que demuestran que Bavio ha incrementado su población.

A partir de la comparación de la demografía de las poblaciones estudiadas, en las últimas décadas se observa que «estas producciones son creadoras de «territorio socio-productivo», ya que a la vez de producir estarían fomentando arraigo en la zona rural del partido, a la inversa de lo que ocurre en más de 600 poblados rurales donde su población ha disminuido drásticamente, llegando incluso en algunos a quedar deshabitados.

La instalación de nuevas unidades productivas de kiwi en la zona estudiada por los técnicos del INTA sigue su marcha, al tiempo que las ya instaladas se encuentran en plena producción. Esta situación del sector junto al análisis de las estadísticas brinda una prospectiva favorable para el desarrollo local, económico y social de las poblaciones rurales.

Ing.Agr.(MSc.) Enrique Goites – Ref. Prohuerta INTA

 EEA Cuenca del Salado

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