“El kiwi juega un papel importante en nuestro país. Nos ocupamos de más de 24.000 hectáreas, 4.300 de ellos en Emilia-Romaña. Somos el primer país productor en el hemisferio norte, con 480.000 toneladas y un valor de € 300 millones. Nosotros exportamos 370.000 toneladas, lo que representa un tercio del mercado mundial. Este cultivo ha sido gratificante para los últimos años, cuando la mayoría de la producción de frutas se ha visto afectada por la crisis económica.

 

“El Psa es sin duda el problema muy preocupante. En primer lugar, afecta principalmente al kiwi de pulpa amarilla que representan una fuente adicional de ingresos para los agricultores con precios bastante interesantes.”

 

“Las reuniones (ver artículo anterior) entre investigadores y personal con sus experiencias son muy positivas porque gracias a la investigación se puede acortar el tratamiento a largo plazo y las soluciones de contención. Además estamos lejos de encontrar una solución para el Psa y podemos aprender a vivir con esta enfermedad, como lo hicimos con la niebla del peral en los árboles de pera, mediante la adopción de medidas de precaución. En Romaña los expertos de nuestras cooperativas, junto con el servicio fitosanitario regional fueron capaces de controlar, detectar y erradicar las plantas afectadas de inmediato. En cuanto a la prevención se refiere, es importante destacar las variedades tolerantes y resistentes.”

 

“Las grandes organizaciones de productores y empresas que comercializan kiwis se han reunido durante un mes a fin de establecer reglas para controlar el suministro de kiwis a pesar de que hay una gran cantidad de las regiones implicadas, tales como Lazio, Piamonte, Veneto y Calabria. De todos modos, estamos trabajando en una estrategia común para iniciar un diálogo con todos los implicados.”

 

En conclusión: “Nadie habla más de la ‘plaga de kiwi’. Esta expresión tuvo un efecto negativo sobre los consumidores e iba a dañar la imagen del producto. Siempre hablamos de la Psa indicando que la enfermedad afecta a las plantas, pero no los frutos de manera que no hay riesgo para la salud pública.